01 noviembre 2011

Elaboración de jabón de pepino

Casí como una fijación, mi cerebro tenia unas ganas locas de elaborar jabón de pepino. Este verano en casa se pusieron bastantes plantas de pepinillo, una variedad francesa especial para pepinos encurtidos cuando son tamaño bebé. Nada más que comenzaron a producir, pedí que me dejaran alguno crecer... para hacer jabón! ¡Os podeis imaginar la cara!

Una tarde los coseché.


Los pase por la licuadora y consegui un refrescante líquido que congele en recipientes, previamente pese la cantidad que me convenia en cada elaboración. Se congela para que al mezclar el vegetal con la sosa, ésta no destruya las cualidades del líquido al subirle la temperatura.



Los días antes había pensado los aceites que me interesaban en este jabón y me acabe de decidir por 3 en la base:

  • aceite de oliva principalmente
  • aceite de almendras dulces
  • un pequeña parte de aceite de coco
Y le enriqueceria con aceite de germen de trigo en la traza.

Llegó la hora de realizar la elaboración. Saqué el licuado congelado, espere unos minutos para que se pudiera separar de las paredes del plástico.

En una olla de acero inoxidable, fui pesando los aceites, puesto que el de coco estaba sólido y necesita un poco de calor para fundir. Suelo calentar hasta 60 ºC, pero en el caso de los jabones con extractos vegetales, lo realizo con tiempo para casi enfriar a 20 ºC, pues no quiero calentar la mezcla del licuado.



Mientrás vertia la sosa pesada, calculada la cantidad con la calculadora de Pinsapo, en el congelado de pepino.



Al principio te parece imposible que se vaya a deshacer. Luego vas viendo como se funde y pasa a líquido.



No te puedes descuidar o verás como cambia de color. ¿no tiene un verde precioso?

Cuando se ha fundido y disuelto la sosa, mezclamos con los aceites y comenzamos revolver.


Esta última fase es igual que el jabon básico, revolvemos hasta que llegue a estado de traza. Entonces añadimos el aceite de germen de trigo, revolvemos un poco más para repartir bien y ya lo tenemos preparado para verter en el molde escogido.

En este caso fue una bandeja plana y lo repartimos bien con una espátula.



Al día siguiente, lo desmoldo sobre un papel de horno.


Se corta en pedazos del tamaño que desees.



Esperamos de 4 a 6 semanas en un lugar seco, aireado y a la sombra.

Aquí lo podeis ver finalizado

6 comentarios:

Rocío dijo...

Que jabón tan interesante y que forma tan pulida de hacerlo, sin duda debe ser un lujo, espero que a mi alcance, jejejjeje.
Enhorabuena por lo trabajadora y estudiosa que eres, dominas absolutamente todos los campos, lo de los jabones te está saliendo bordado y el reportaje perfecto.
Un beso grande

Mariló dijo...

Eres una "jabonera" profesional y doy fe de ello!!

Tengo la enorme suerte de poder disfrutar de varios de tus jabones, incluso uno muy especial hecho con esencia de rosa mosqueta, mi favorita!

Son maravillosos, una verdadera gozada, una vez que los pruebas no quieres volver a saber más de jabones "comerciales"....

Floreal dijo...

Es fantástico! el color precioso y el olor ha de ser¡¡¡¡ uuhhmmmmmm.
Estupenda entrada.

Unknown dijo...

Llos, tiene un verde precioso!!!
Da gusto ver la cuidada elaboración...estoy deseando probarlo!

Anónimo dijo...

¿Cuáles son las proporciones, o cómo es la receta exactamente? Me encanta ésta idea y quiero hacerla, si si por FA....

llosona dijo...

La receta es exactamente igual que un jabón de Castilla (está en la entrada anterior bien explicada) La diferencia es que sustituimos el agua por el licuado de pepino congelado. Y como sobreengrasado en la traza, se añadió el 5% de aceite de germen de trigo, rico en vit E que ayuda a la conservación y es muy bueno para la piel.